lunes, 9 de enero de 2017

Tropiezos y Recaídas

Esta mañana he tenido una sesión de seguimiento con uno de mis pacientes del Programa Victoria.

Me cuenta que la pasada nochebuena salió por la noche, después de cenar, y bebió dos cervezas en un periodo de varias horas, sin que llegara a sentir el efecto del alcohol, ni embriagarse ni tampoco ha seguido bebiendo desde entonces.

Toda Recaída empieza por un tropiezo como este, aunque no todos los tropiezos terminan en una Recaída en toda regla.

Con esto no pretendo quitar importancia al error que supone darse "permiso" para beber un día, sino destacar el hecho de que la recaída es un proceso con varias etapas, y que en todas ellas se puede intervenir.


Mi paciente es consciente de que ha cometido un error. Y yo he aprovechado la ocasión para recordarle que así ha sido. U
n grave error, una conducta de alto riesgo, por lo demás totalmente innecesaria. El hecho de que no haya tenido mayores consecuencias es precisamente el peligro latente que tienen estas situaciones.

La mente adictiva puede empezar a actuar y hacerte creer que, dado que has podido beber dos cervezas sin perder el control un día determinado, tal vez podrías repetir de vez en cuando sin caer de nuevo en el descontrol.

Ahí es donde empieza el segundo error, que puede conducir a la Recaída en toda regla. 

Cuando transgredes el objetivo de abstinencia es porque has hecho algo mal, o más bien has dejado de hacer aquello que te mantenía en sobriedad. Eso es lo importante. Analizar por qué te has dado permiso para romper el compromiso que tenías contigo mismo de mantener la abstinencia.

Si no ha habido graves consecuencias es porque has tenido mucha suerte. Es como si te saltas un semáforo en rojo y no sucede nada. Has tenido suerte de no tener un accidente o de no recibir una multa, pero eso no quita que hayas cometido un acto altamente peligroso para su seguridad personal y la de otros.

Lo mismo sucede cuando se da un consumo de alcohol, o de otras drogas, después de un periodo más o menos largo de abstinencia. 

Lo único inteligente, seguro y racional es seguir sin beber. Mantener la sobriedad y seguir alimentando tu bienestar interior con todo lo que has aprendido durante tu terapia en el Programa Victoria.

Por un nuevo año de vida en libertad, en sobriedad y sin recaídas para todos.

Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
www.programavictoria.com

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